sexta-feira, 22 de julho de 2016

Dom Duarte de Braganza: “La simpatía por los reyes de España favorece a la monarquía”

Duarte de Braganza asegura que los portugueses ven mejor una hipotética restauración debido a la buena imagen que tienen otras casas reales europeas

Dom Duarte, duque de Braganza y pretendiente al trono de Portugal.


Duque de Braganza, príncipe real y pretendiente a la corona de Portugal: estos son algunos de los títulos que ostenta Duarte Pío de Braganza, jefe de la casa real portuguesa y heredero de la dinastía que fue expulsada del trono con la revolución de 1910 que declaró la república. Duarte sigue trabajando para defender la monarquía en Portugal.

Duarte es el segundo sucesor de Manuel II, el rey que con la revolución de 1910 tuvo que salir del país y exiliarse en el Reino Unido. Al morir Manuel sin descendencia, el título de pretendiente pasó a un nieto del rey Miguel I (1828-1834), Eduardo Nuño de Braganza.
Hijo de Eduardo, nacido en 1945 en el exilio de Berna, Duarte Pío asumió el título de duque de Braganza y pretendiente al trono de Portugal en 1976, a la muerte de su padre.

La actividad de Dom Duarte de Braganza

Monarquía Confidencial ha podido conversar con Dom Duarte -como es conocido en Portugal-, que se encuentra dedicado sobre todo a dirigir la Fundación Manuel II, nombrada así en honor al último monarca reinante del país.
Al frente de esta fundación, el duque de Braganza contribuye a preservar la lengua portuguesa y a distintos proyectos de ayuda al desarrollo rural en Timor Oriental y en varios países africanos lusófonos, antiguas colonias. Allí fomenta la agricultura sostenible y la lucha contra la desertificación.
Además, como jefe de la casa real de Portugal, Dom Duarte recibe invitaciones -en solitario o con su esposa e hijos- para asistir a eventos sociales y culturales que organizan ayuntamientos e instituciones de todo el país: de hecho, asegura a MC que visita una media de cien municipios portugueses al año.
A todo ello se suman diversas iniciativas diplomáticas que, de forma no oficial, ha realizado en colaboración con los distintos gobiernos de Portugal en países de África y Asia.

Imagen positiva de las monarquías europeas

“La mayoría de los portugueses con conscientes de que nuestra monarquía fue en general positiva, y que Portugal tenía en esos momentos mucha más importancia mundial que durante las tres repúblicas”, asegura Duarte Pío de Braganza ante las posibilidades que existen de que retorne la monarquía a su país.
Pero el pretendiente señala a Monarquía Confidencial otro motivo más importante que ha influido en que muchos portugueses vean la monarquía con simpatía: la “imagen positiva que todas las monarquías europeas tienen actualmente”.
Dom Duarte asegura que en Portugal no pasa desapercibido el ejemplo de España y de cómo pudo transitar hacia la monarquía de forma pacífica, sin sobresaltos, consiguiendo superar a Portugal en desarrollo económico. Y en esa transición ven como protagonista al rey Juan Carlos y su trabajo “notable” al servicio de España, así como ahora a Felipe VI.
Según el duque de Braganza, el papel que han jugado ambos reyes en la historia reciente de España ha ejercido una influencia importante en la opinión pública portuguesa.

Simpatía en Portugal por los reyes de España

Y es que para Dom Duarte, en esta influencia tiene un gran peso la simpatía personal que desprenden los reyes. En Portugal llegan los ecos de los elogios que los medios españoles hacen del rey Felipe y su papel en esta crisis económica y política, y ello repercute en el prestigio de la monarquía.
“La imagen de los reyes de España ha contribuido mucho para que los portugueses perciban que la monarquía se adapta a diferentes épocas históricas de sus pueblos, defendiendo los valores permanentes de cada nación”, destaca el pretendiente al trono de Portugal. Así, resume diciendo que si en la Edad Media los reyes eran guerreros y en el Renacimiento promotores de la cultura y el progreso, hoy en día son defensores de la democracia.
Al mismo tiempo lamenta que en su país -también por la Historia que se enseña en los colegios- muchas personas relacionen república con democracia y piensen que la restauración de la monarquía en Portugal traería aparejado un retroceso de la democracia: “Esa idea se recalca en las escuelas, y no se señala el hecho de quede 1834 a 1910 la monarquía portuguesa funcionó como un régimen democrático, semejante al actual régimen republicano”.
Sobre Felipe VI, destaca un último apunte: asegura que el rey “habla bien portugués”, y lo hace siguiendo el ejemplo de su padre Juan Carlos, que vivió en Estoril durante el exilio de don Juan de Borbón y que dejó en Portugal muchos amigos.

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